Tallerista

En tiempos donde el concepto del arte se ha enfocado erroneamente a una simple comercialización. Sandra del Valle resurge la manifestación de la vida a traves del arte, donde los sueños, fantasias, ilusiones y pasiones del alma son protagonizadas en el lienzo por la sensibilidad espiritual del artista.

"Al ver la pintura de Sandra del Valle, lo primero que viene al pensamiento es la equivocación de nombre de la pintura,ya que esta obra deberia llamarse "La mujer de Sandra" emulando un poco el nombre del Cristo de Dalí, sus lineas fuertes y contrastadas por una cruz invertida, expone la idea que a la mujer nunca se le ha permitido ser ni dios ni cristo. La sin igual figura del artista evoca sus propias formas implorando con sus brazos extendidos amor al cielo, dandole una profundidad y fuerza con su postura de hinojos, perdiendo al observador en un confin lejano y en su conjunto provoca una plegaria para que Sandra siga teniendo esta inspiración."

Lic. Rafaél Gómez Suarez, Miembro de número del Instituto Nacional de Historia.